¿Sabías que el arquitecto que construyó el palacio de La Buhaira fue el mismo que construyó La Giralda? Hoy indagamos un poco en la vida de Ahmad Ben Baso, un arquitecto musulmán nacido en la Sevilla del siglo XII muy importante en la época almohade ¿Quieres conocer qué más edificios construyó en Sevilla?
Abu Yaqub Yusuf, califa almohade nacido en 1135, invadió la península Ibérica en 1170, apoderándose de Andalucía y estableciéndose en Sevilla en 1171, convirtiéndola en capital de su imperio. Este califa dotó a Sevilla de multitud de puentes y edificios muy representativos: puentes y muelles en el Guadalquivir, el acueducto, las dos alcazabas y el proyecto de la mezquita, el Puente de Barcas y el Patio del Yeso en el Alcázar. Entonces, para la explanada existente entre lo que hoy es Eduardo Dato y el barrio de Viapol, Abu Yaqub Yusuf mandó llamar a Ahmad Ben Baso, el arquitecto de La Giralda, quien seguidamente construyó en esa zona Los Palacios de la Buhaira.
El Palacio de la Buhaira fue construido extramuros de la ciudad por iniciativa del califa Abu Yaqub Yusuf, y su intención era embellecer por completo la capital de su imperio. De hecho, para sus jardines se trajeron olivos del Aljarafe sevillano y llegaron a plantarse más de diez mil pies de árboles varios, vides y frutales de las especies más variadas.
Un dato muy importante es que para la construcción de este palacio, Ahmad Ben Baso tuvo que trasladar y rehabilitar los famosos Caños de Carmona , de la época romana, que se encontraban en estado ruinoso. De esta forma, el agua que transportaban los caños a lo largo de kilómetros, servía para regar los jardines que rodeaban al palacio. Recordar que aún hay restos de estos famosos caños en varios puntos de nuestro distrito.
La Buhaira almohade tuvo tres fases. La primera constaba de un pequeño Pabellón ubicado al sur de una gran alberca y dotado de numerosos elementos que muestran un complejo sistema de riego y de juegos de agua en relación con la arquitectura. En la segunda fase, tras un incendio y del cautiverio de Don Juan en Granada vendieron el conjunto a Doña Catalina de Ribera, de forma que La Buhaira permaneció en propiedad de la familia Enríquez de Ribera y de sus herederos hasta el presente siglo. De ésta época se habla de la Huerta del Rey, que tenía un hermoso Palacio con un gran estanque y muchos naranjos. Se conoce que en su tiempo hubo un estanque con peces y barcos de recreación.
Por último en la tercera buhaira, las zonas agrícolas han permanecido en funcionamiento hasta el presente siglo, pero no así las edificaciones, ya que éstas fueron sustituidas por un nuevo pabellón de recreo sobre las ruinas de la segunda edificación. Este edificio que es el que podemos ver hoy en día, se trata de un pabellón neonazarí denominado «María de los Angeles», construido en dos etapas cronológicamente diferenciables. El conjunto está formado además de por el pabellón nazarí, por las ruinas del antiguo Palacio de la Buhaira, la Alberca, la Puerta de San Agustín, calle Nueva, la Portada de las Almenas y la Portada de Tejaroz.
La función original de La Buhaira fue la recreativa, dentro de una especie de ocio agrícola que era muy del gusto de las dinastías islámicas. En diversos lugares del jardín pueden acentuarse los matices de jardinería que significarían una componente estética y lúdica, mediante la introducción de pérgolas y glorietas con surtidores de agua y bancos.
Sobre Ahmad Ben Baso
Este arquitecto musulmán del siglo XII y nacido en Sevilla, diseñó importantes edificios en Andalucía, los cuales están encuadrados dentro del arte musulman español del periodo almohade. De hecho, en muchas publicaciones es citado como ‘jefe de los que edificaban en Al-Andalus’ e ‘inspector de los constructores y alarifes’.
Concretamente en Sevilla, construyó además del Palacio de la Buhaira por mandato del califa Abu Yaqub Yusuf, realizó el trazado de la nueva mezquita de Sevilla de la que actualmente sólo se conserva el Patio de los Naranjos en La Catedral. En 1184 inició la construcción de la torre minarete que más tarde se llamó La Giralda para lo cual hubo de cegar primero un manantial que dificultaba la realización de los cimientos y construir una serie de rampas que permitían el acceso a las obras mediante cabalgaduras. En su edificación trabajaron arquitectos de toda Al-Andalus, Marrakech y Fez.
La edificación de La Giralda sufrió un paréntesis por la destitución del gobernador. Ahí es donde se le pierde la pista en la historia al ‘jefe de los arquitectos’ pues, cuando se reanudaron las obras, se tiene constancia de otro arquitecto. Por ello se deduce que en ese tiempo Ahmad Ben Baso debió fallecer sin ver terminada su obra, la que es, ha sido y será imagen y referencia de todos los sevillanos.
Laura Liñán
